CONTRA LA GUERRA

Su más firme compromiso con una causa común europea la sellaba el 30 de junio de 1932

Su más firme compromiso con una causa común europea la sellaba el 30 de junio de 1932. Aparecía publicado en el Diario un escrito contra la guerra, la adhesión a un llamamiento universal ante la amenaza de una posible conflagración global. A propósito de la celebración en Ámsterdam de un Congreso Mundial contra la Guerra, se había constituido un comité de iniciativa que organizaba el escritor Romain Rolland. En este órgano participaban personalidades de renombre universal como Valle Inclán, Einstein, Gorki, Dreiser o Upton Sinclair. Habían lanzado un llamamiento general a través de la prensa en el que se aconsejaba la unión ante una posible guerra que amenazaba a todos los países.

La iniciativa de sus coetáneos, españoles y europeos, llamó su atención. En la línea de la inquietud que siempre venía demostrando con las causas que creía justas y de las que iba dando debida cuenta a lo largo de su vida, José Ponce impulsó, en compañía de Vidosa Calvo, Vázquez Trócoli y Núñez Salas, a la sociedad onubense a adherirse a la causa contra la guerra. Redactaron un manifiesto que fue publicado en el diario del que era redactor jefe para animar a sus convecinos a suscribirlo. Así pues, los firmantes se dirigieron con este escrito al comité español:

Nosotros, los abajo firmantes, hemos leído el llamamiento que a los pacifistas de todo el mundo ha dirigido el gran Romain Rolland, excitándolos a la unión contra una posible guerra futura, una guerra cruel, sanguinaria y horrorosa como todas las guerras. Una guerra inhumana, deshonra y ludibrio de los pueblos que en ella participen. ¡Unámonos todos contra el enemigo común! ¡Abajo la guerra!, dice el gran pacifista. Y a esta llamada desesperante acudimos en cerebro y corazón cuantos en esta modesta provincia andaluza vivimos, sentimos o conocimos de los horrores de un movimiento belicoso. Pertenecemos a todas las clases sociales y a todos los partidos políticos. Somos padres, hermanos e hijos. Somos la juventud y la vejez. Unos jóvenes idealistas y visionarios, que llenos de optimismo luchan sin tregua por conseguir, una paz universal inflada de amor y sublimidad. Y unos viejos y amagados y doloridos, conocedores de la hiel y crueldad de la vida, que confían en una sociedad más justa y una humanidad mejor y más sensata.

No hemos vacilado, como tampoco vacilarán cuantos amen la confraternidad universal, en estampar nuestras firmas al pie de estas líneas. Firmas que rugen y claman airadas contra la matanza y la guerra, porque saben de la tristeza trágica de un cementerio, y porque han llorado ante una tumba.

Somos yunque y libro, que al adherirnos entusiastas a este magnífico movimiento contra la guerra, nos juramentamos a propagar cuanto signifique pacifismo y a no desmayar hasta hacer imposible la guerra.

Huelva 28-6-32.                  

E. Vázquez Trócoli, J. Ponce Bernal, J. Núñez Salas y J. Vidosa Calvo

 

SOMOS PADRES, HERMANOS E HIJOS. SOMOS LA JUVENTUD Y LA VEJEZ

Manifiesto contra la guerra. Diario de Huelva, junio de 1932